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Madrid

XXXI Pleno del Comité Regional de los CJC de Madrid

By 26/09/2022septiembre 28th, 2022No Comments

El pasado 4 de septiembre, sesionó el XXXI Pleno del Comité Regional de los CJC de Madrid. En él, analizamos la situación de la juventud obrera madrileña y la situación política de la Comunidad de Madrid. Dicho análisis sirvió como base para realizar el Plan General de Trabajo (PGT), documento que contiene los principales objetivos para los CJC Madrid a lo largo de este curso político.

La clase obrera de Madrid y su juventud continúan sufriendo los ataques privatizadores que distintos gobiernos de corte liberal han estado realizando desde hace años. Dichas medidas conducen a nuestra región hacia la privatización de cada vez más servicios públicos, siendo la educación y la sanidad de los sectores más perjudicados, lo que lo evidencia el hecho de que la educación de gestión privada haya aumentado un 30% en los últimos veinte años, mientras que la pública solo lo ha hecho un 6%. Además, vemos cómo las familias con rentas más bajas solo reciben 1,6 millones de euros en becas educativas mientras que se destinarán 133 millones de euros a aquellas con ingresos superiores a 100.000 euros anuales, lo que deja claro a qué clase sirve el gobierno regional.

Frente a este gobierno, las fuerzas socialdemócratas continúan reacias a la combatividad en las calles. Pero, ante todo, son incapaces de ofrecer una alternativa real a la gestión liberal, en tanto que aceptan los límites que el capital impone, tal y como han demostrado cuando han tenido la oportunidad de gobernar. El actual gobierno central, encabezado por PSOE y Unidas Podemos, es el claro ejemplo de hasta dónde puede llegar la gestión del capital, que en ningún momento va más allá de ciertas medidas cosméticas que en poco o nada benefician a la clase trabajadora.

Por ello, ante las futuras movilizaciones que tengan lugar en la región, los comunistas deberemos llevar un discurso propio, independiente, que desenmascare el carácter servil de la socialdemocracia, y señale la urgente necesidad de acabar con el capitalismo, ya que, gestione quien lo gestione, este no trae más que miseria para nuestra clase. Especialmente durante este curso, cuando la socialdemocracia buscará capitalizar estas movilizaciones debido a la cercanía de las elecciones regionales y locales.

La situación de la región viene enmarcada, durante este curso, dentro de la agudización de la crisis socioeconómica, catalizada por la pandemia y por la guerra imperialista de Ucrania. Es especialmente llamativa la inflación, que ha provocado una subida de precios de más del 30% en buena parte de productos básicos. A esto le acompaña un aumento del coste de la vivienda del 9,5% respecto al año pasado. Pero este problema está lejos de preocupar a las instituciones que, lejos de engañarnos con medidas cosméticas como las del Plan de Vivienda Juvenil, continúan aprobando planes de construcción de 250.000 viviendas en las zonas de la Operación Calderón y de Madrid Nuevo Norte, pelotazos urbanísticos de la época de Carmena. Lejos de solventar el problema relativo a la vivienda, las instituciones solo buscan enriquecer a las constructoras y a los fondos de inversión.

El encarecimiento del coste de la vida dificulta el día a día de toda la clase obrera, pero especialmente de la juventud, teniendo en cuenta el 38,1% de paro, la flexibilidad y la temporalidad, condiciones que hacen imposible que nos podamos permitir una vida digna.

Esta situación de precariedad, cada vez más grave, se ha mostrado como inamovible, ya que, ni los gobiernos socialdemócratas ni los liberales han conseguido revertir la situación. Esto ha provocado que, entre la juventud trabajadora, que no conoce una vida más allá de la crisis económica, se extienda una profunda sensación de rabia, que, debido a la falta de opciones que mejore sus condiciones, se convierte en apatía y resignación.

Sin embargo, los comunistas tenemos claro que sí hay posibilidades de cambiar nuestra situación. Esto lo conseguiremos transformando la rabia en respuesta, organizándonos en defensa de nuestros intereses, para construir la única alternativa que sí que los garantiza: la sociedad socialista-comunista.

Para lograrlo, en este nuevo curso, los comunistas planeamos grandes avances a nivel organizativo, así como en nuestra intervención en el movimiento estudiantil, en el movimiento obrero y sindical y en el movimiento popular. En definitiva, avanzaremos en la creación de un dique de contención a sus agresiones, un poder propio que inicie el contraataque contra los que parasitan nuestra vida y que se dirija a la construcción del socialismo-comunismo. Porque la revolución no es una entelequia, sino algo que se organiza en el aquí y ahora. Ya es hora de que la clase obrera ande su propio camino, alejada de pabellones ajenos.