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Todos los nombres utilizados son ficticios para proteger la identidad de las personas entrevistadas.

Los Colectivos de Jóvenes Comunistas hemos desarrollado en los últimos meses una campaña bajo el lema Trabajo temporal, explotación permanente en la que denunciábamos las malas condiciones de trabajo que sufrimos la clase trabajadora, con especial incisión en sectores más desprotegidos de nuestra clase como son los jóvenes y los migrantes.

Salimos a las calles a explicar y conocer. Difundimos nuestro mensaje y denunciamos la situación actual, en la que empresas y gobierno forman una santa alianza al servicio del capital. Pero también escuchamos a nuestros compañeros/as de clase, conociendo de primera mano experiencias de trabajadores/as de ETT en la ciudad de Zaragoza y específicamente del polígono industrial Plaza, uno de los principales centros logísticos de Europa y donde centramos nuestra campaña. Lo que nos encontramos no hizo sino reforzar nuestras tesis y aumentar nuestra rabia. Compañeras como Jennifer nos contaban que lleva 5 años trabajando por ETT con renovación semanal en Adecco. Cinco años sin saber si va a poder llegar a fin de mes sin poder planificar unas vacaciones con su familia por si justo le llaman o sin poder volver a su país de origen a visitar a los suyos con la tranquilidad de que no le va el puesto de trabajo en ello. Carlos nos contaba que descarga para Decathlon (empresa famosa en Zaragoza por su represión sindical, como nos contó su comité de empresa en esta entrevista) a través de GrupoUno CTC en un contrato de 7h a la semana. Les obligan a descargar a mano cosas que por normativa de seguridad laboral deberían hacerse con medios mecanizados y tienen un jefe que les persigue, literalmente, hasta cuándo van al baño. El compañero muestra su hastío ante la situación, algo que es la tónica general entre la plantilla. Siguiendo nuestro paseo por la explotación llegamos a INDITEX, una de las empresas que más trabajadores/as temporales demanda. El gigante textil, cuyo dueño es la duodécima persona más rica del mundo, no duda en usar la externalización para lograr los máximos beneficios a costa del bienestar de la plantilla. Son muchos los compañeros/as entrevistados que trabajan para diferentes empresas (Synergie, Grupo Alarcón, ManPower, Think Textil…) que abastecen al gigante. Entre sus malas prácticas, experiencias como mandar a los trabajadores de ETT a casa sin previo aviso unas horas antes cuando hay poco trabajo con el correspondiente recorte en el jornal. Como si nosotros/as pudiéramos pagar la luz, el alquiler o la cesta de la compra según nuestra apetencia en cada momento.

La conciencia y solidaridad de clase, nuestra mejor herramienta

En nuestras conversaciones con los compañeros han surgido una serie de puntos en común que nos gustaría destacar. En primer lugar, nos encontramos como la mayor parte de las personas trabajadoras por ETT’s son jóvenes o migrantes (o ambas cosas). Esto no es casual, pues el capitalismo aprovecha la situación de necesidad o vulnerabilidad (el primer trabajo, la urgencia en conseguir una fuente de ingresos, el desconocimiento de la legislación laboral…) para dar una vuelta de tuerca más en su explotación. A esto se une la nula representación sindical de estos trabajadores, que ven cómo a nivel legal no están representados por los Comités de Empresa (cuando los hay) y que, por su alta rotación entre diferentes centros, no pueden llegar a tejer lazos y hacer relación con otros compañeros, primer paso para una efectiva organización por la mejora de las condiciones.

Por eso, desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas llamamos a todos los trabajadores por ETT a tomar cartas en el asunto y organizarse, a tener esas primeras conversaciones con el resto de sus compañeros que sean el germen de una futura organización (en el sindicato, una asamblea de trabajadores…). Os animamos a contactar con nosotros para empezar a desarrollar actividades que permitan concienciar y organizar a un cada vez mayor número de miembros de nuestra clase.

Compañero, compañera: los trabajadores/as en este país vemos cada día como nos es más difícil llegar a fin de mes, cómo nuestro trabajo vale cada día menos y se da en peores condiciones y como nuestra salud mental y nuestra felicidad quedan relegados a los intereses económicos de los que viven a costa de nuestro sudor. Es necesario que empecemos a organizarnos para cambiar las cosas y plantar cara a todas las violencias que sufrimos.