Skip to main content

Los pasados días 9 y 10 de abril tuvo lugar el XII Pleno del Consejo Central de los CJC. Un pleno que caracterizó el momento político actual, indudablemente marcado por el estallido de la guerra imperialista en Ucrania y lo que esta significa: añade un tercer elemento a una secuencia de crisis, pandemia y guerra que termina de dar una fisonomía particular al contexto presente de la lucha de clases.

El estallido de la pandemia aceleró la crisis económica con efectos en la agudización de los conflictos interimperialistas en su pugna por remontar el descenso tendencial de la tasa de ganancia. La guerra en Ucrania sitúa en un nuevo nivel dicho enfrentamiento, abriendo un periodo de escalada belicista y de reorganización de alianzas en torno a las dos principales potencias imperialistas, EEUU y China.

La guerra ha desatado además una brutal campaña propagandística desde ambos bandos. Tanto desde el imperialismo atlantista como desde el imperialismo ruso se dedican enormes esfuerzos a la promoción de su relato y censura del contrario para garantizar que las masas se coloquen y disciplinen tras los intereses de su burguesía nacional. La ausencia de una postura internacionalista con fortaleza política favorece que la clase obrera se mueva políticamente en el estrecho margen que va de la defensa abierta del belicismo al pacifismo burgués como única alternativa.

A nivel nacional tiene además fuertes implicaciones en el aumento del empobrecimiento generalizado, a través de la inflación y devaluación salarial, e intensifica un clima de militarización que da una cobertura represiva a la paz social. En este escenario aumenta el malestar de las capas obreras y populares que solo encuentra estallidos de manera coyuntural y en sectores localizados, toda vez que las principales cúpulas sindicales mantienen su política pactista y subordinada a las directrices del Gobierno socialdemócrata.

Es por esto que este XII Pleno ha analizado el trabajo que deben desarrollar las organizaciones de los CJC para la difusión de nuestra campaña: “Prisioneros de una vida en crisis / Transformemos la rabia en respuesta”. Una campaña que, pisando el momento presente, aspira a llegar a crecientes círculos de la juventud obrera para articular la respuesta frente a la crisis. Una campaña para no dejar que el malestar se diluya en resignación o posibilismo derrotista, sino que se canalice en formas de organización y combate que sean el germen del nuevo ciclo político que se abre. Un germen que favorezca que en este periodo de respuesta a la crisis las coordenadas revolucionarias gobiernen la hoja de ruta de amplios sectores de la clase obrera.

A su vez, el XII Pleno ha ratificado la importancia de trabajar con audacia en la difusión de la posición revolucionaria sobre la guerra en cada espacio de vida y trabajo. Frente al frenesí bélico es esencial que cada vez más jóvenes levanten la bandera roja del internacionalismo proletario. Esto implica difundir nuestra posición cada día, en cada espacio y momento, confrontar las retóricas y argumentos imperialistas y aumentar nuestros trabajos de coordinación, debate y solidaridad entre organizaciones comunistas y antiimperialistas a nivel internacional. Los CJC continuaremos por ello con las labores de agitación por la inmediata liberación de los hermanos Kononovich de la Unión de la Juventud Comunista Leninista Ucraniana y marcamos en nuestro calendario la Cumbre de la OTAN que se celebra en junio en Madrid, con el objetivo de que se encuentre con un rechazo frontal, amplio y activo de la juventud obrera y estudiante.

Desde la Juventud Comunista llevaremos las consignas contra la guerra imperialista a cada frente y lucha de masas, como se pudo comprobar en la huelga del 24M. El XII Pleno ha analizado también la importancia que tuvo esta convocatoria en la apertura progresiva de brechas en el adormecimiento social que quiere mantener el Gobierno socialdemócrata. La lucha contra la reforma integral del sistema educativo debe continuar y amplificarse progresivamente, sumando a más estudiantes no organizados, integrando a los estudiantes que han dado un paso adelante a raíz de esta huelga, unificando la lucha de los distintos niveles de enseñanza y potenciando la unidad combativa de la comunidad educativa. La huelga del 24M es un avance decisivo en la apertura de un nuevo ciclo de lucha estudiantil que, habiendo aprendido de los errores y aciertos del ciclo anterior, sea capaz de alterar los planes de precarización y tecnificación así como de mirar más lejos hacia un horizonte de transformación radical de la educación y del conjunto de la sociedad.

Por último, este XII Pleno ha aprobado los documentos a debate para la I Conferencia de Agitación y Propaganda de los CJC, conferencia que celebramos este fin de semana 23 y 24 de abril en Madrid, y ha profundizado en los contenidos de la VIII edición del Campamento de la Juventud.