Todo este año ha demostrado cómo ciertas violencias que ya existían en nuestro día a día se han agravado. El paro, que ya estaba en números desorbitados desde hacía años. La temporalidad, que azota a una cantidad ingente de jóvenes. La precariedad como único futuro a los que nacemos marcados por el capitalismo. Esa situación de desamparo sigue haciendo mella en la salud mental de miles de jóvenes, padeciendo situaciones desde la depresión a la ansiedad, en una falta absoluta de perspectivas de futuro.
Sin embargo, contra todo pronóstico de los que tratan de enfrentarnos entre nosotros, de los que han criminalizado a los jóvenes durante toda la pandemia, nosotros, los jóvenes, demostramos nuestra alta solidaridad uniéndonos a nuestros compañeros de clase. Dimos nuestra fuerza en las organizaciones de barrio para asistir a los más perjudicados por el encierro. Pusimos todo de nosotros en los sindicatos para defender los puestos de trabajo y la seguridad de los nuestros. Nos organizamos en los centros de estudio para seguir luchando por una educación que esté a nuestro servicio. Y al frente de todos ellos, elevando políticamente cada una de las luchas, estuvimos los militantes comunistas.
Así, durante este curso, consolidamos la presencia de los Colectivos de Jóvenes Comunistas en Canarias, Baleares y Navarra. Confirmando así que los CJC tenemos presencia organizada a lo largo y ancho de todo el país. Que cada día son más jóvenes los que eligen lo necesario, organizándose en sus barrios, institutos, facultades, centros de trabajo… Realizando tareas de agitación, para llevar la voz de los comunistas a todas partes. Llevando a cabo día a día tareas de formación y estudio, para comprender y transformar el mundo. Y organizándonos con nuestra clase, luchando contra todas las formas en las que el capitalismo muestra su cara más ruín.
Llamamos a los jóvenes a que no se dejen vencer por el desánimo. Porque resignarse es dejarlos vencer. Llamamos a que den un paso más allá, en el año del centenario de la creación de la juventud comunista en nuestro país, que sigan organizándose y nutriendo las filas de la Juventud Comunista, para conquistar un mundo radicalmente distinto, donde la bandera roja se ice en todo mástil como símbolo de esperanza.
¡Únete a la Juventud Comunista!
