El 7 de marzo de 2022, a penas dos semanas después de la invasión militar rusa en Ucrania, conocíamos la noticia de que Mikhail Kononovich, primer secretario de la Unión de la Juventud Comunista Leninista de Ucrania y su hermano, Oleksandr Kononovich, eran detenidos bajo la falsa acusación de espionaje al servicio de Rusia y Bielorrusia.
La detención de nuestros camaradas no ha sido un caso aislado, puesto que cuenta con varios precedentes. En 2012 se celebraron en Ucrania las últimas elecciones parlamentarias en las que no hubo partidos ilegalizados, elecciones en las que el Partido Comunista de Ucrania fue la cuarta fuerza política. En mayo de 2015, Ucrania aprobaba sendas medidas contra los comunistas: exhibir cualquier símbolo comunista estaría penado con hasta 10 años de cárcel, siendo prohibido también el uso del término comunista. Sin embargo, el Partido Comunista no renunció nunca a exhibir la hoz y el martillo, la bandera roja ni su difundir su programa político. Unos meses después, en diciembre de 2015, el Partido fue ilegalizado y sus militantes perseguidos.
Como vemos, esta escalada represiva ha ido incrementando en los últimos años, llegando al punto de que se acusa y persigue a toda oposición al Gobierno de Zelenski. Los hermanos Kononovich son valientes militantes comunistas que ni en las peores condiciones de represión han renunciado a luchar por una sociedad sin explotación del hombre por el hombre.
Los comunistas tenemos una posición firme y clara sobre los acontecimientos que a día de hoy se viven en Ucrania: condenamos la guerra imperialista y denunciamos el papel de los dos bloques implicados, tanto el de Estados Unidos y la Unión Europea como el ruso. La clase obrera no tenemos nada que ganar bajo banderas e intereses ajenos; la clase obrera es siempre quien paga, hasta las últimas consecuencias, las contradicciones interimperialistas. La clase obrera debe girar sus fusiles hacia la misma clase que les empuja a la guerra y la barbarie, debe dirigir sus fusiles frente a los que les explotan y sangran cada día, en Ucrania o en Rusia.
Desde el comienzo de la guerra y desde la detención de nuestros camaradas, los CJC hemos participado en numerosas iniciativas internacionales en solidaridad con los Kononovich, manteniendo una posición política clara y contundente sobre el conflicto militar y los diferentes intereses capitalistas que están en pugna en Ucrania.
El XI Congreso de los CJC, reunido en Madrid durante los días 19 y 20 de noviembre de 2022, reafirma el compromiso de seguir luchando hasta la liberación sin cargos de nuestros camaradas Mikhail y Aleksandr Kononovich.
¡Libertad para los hermanos Kononovich!
¡Viva el internacionalismo proletario!
