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Ante un presente de miseria, en Andalucía elegimos lo necesario

El pasado 5 de diciembre, sesionaba el XI Pleno del Comité Regional de Andalucía de los CJC, donde principalmente analizamos las claves políticas del momento actual en nuestra comunidad y se aprobaron las líneas de trabajo a seguir en el próximo período. Así, el panorama político de Andalucía ha estado claramente marcado por el reciente rechazo en el Parlamento de Andalucía a la propuesta de presupuestos para el año 2022. El detonante, la filtración de un audio de Juan Marín, vicepresidente de la Junta, en el que mostraba abiertamente el interés de los partidos de gobierno en no aprobar estos presupuestos en año electoral.

Más allá de lo anecdótico, los recientes sucesos del mapa político andaluz vienen a demostrar con mayor nitidez como todos los movimientos y gestos realizados y por realizar por parte del conjunto de los partidos del arco parlamentario andaluz vienen marcados, a pesar de lo que propugnen, por una clara intencionalidad electoralista al encontrarnos en la recta final de la legislatura, camino a unas elecciones cuya fecha, tras las recientes declaraciones de Juanma Moreno, estará entre junio y octubre de 2022.

No obstante, a pesar de los cruces de acusaciones, de los debates encarnizados y de la aparente pugna entre dos modelos de gestión, solo unas horas después del rechazo de los presupuestos, los mismos partidos mostraban su verdadera cara, aprobando conjuntamente la Ley andaluza del Suelo, proyecto en su día intentado por el PSOE de Susana Díaz que, entre otras cuestiones, permite construir en suelo rústico. Así, una vez más vemos que, tras su falsa división, existe una clara unidad cuando se trata de velar por los intereses empresariales.

Mientras tanto, la situación del conjunto de la clase obrera, y en especial de los jóvenes, continúa estando marcada por una enorme precariedad, con el papel protagonista del gobierno andaluz con el despido en noviembre de 8000 sanitarios. Además, la tasa de desempleo juvenil continúa en un 41,68%, mientras que con 8 contratos temporales de cada 10 firmados, Andalucía se sitúa a la cabeza de la temporalidad juvenil en España.

En un presente marcado por un empeoramiento cada vez mayor de las condiciones de vida de nuestra clase, serán muchos los cantos de sirena que lleguen a los oídos de los trabajadores andaluces por parte de los partidos gestores del capital, mostrándose como eternos salvadores de la miseria de nuestra clase.

Cabe reseñar especialmente el papel que jugarán en este aspecto las nuevas coaliciones socialdemócratas presentadas en las últimas semanas. Hablamos del denominado ‘’frente amplio de izquierdas’’ anunciado por Unidas Podemos el pasado 4 de diciembre, la coalición ‘’Andaluces levantaos’’ propuesta por Más País o la definitiva constitución como coalición independiente de ‘’Adelante Andalucía’’ por parte de Anticapitalistas, estas dos últimas con fuertes tintes andalucistas. Todas ellas tienen un aspecto común: ofrecen al conjunto de la clase obrera una ‘’gestión diferente’’, una política alternativa a la llevada por PP y PSOE, un gobierno para ‘’la mayoría’’.

Sin embargo, la realidad es bien distinta: el papel jugado por Unidas Podemos en el gobierno central con la no derogación de la reforma laboral o la mercantilización de la universidad con la LOSU, o la implicación directa de Más País en la comunidad de Madrid para la aprobación de pelotazos urbanísticos como Madrid Nuevo Norte tienen muy poco de gestión ‘’diferente’’ o ‘’nueva’’, y mucho de algo muy viejo como es la salvaguarda de los beneficios empresariales.

La conclusión es clara: ni un ápice de confianza a los gestores de nuestra miseria. Así, desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas en Andalucía realizamos un llamamiento al conjunto de jóvenes de extracción obrera y popular a transformar su resignación y rabia ante la situación actual en organización. Debemos seguir el ejemplo marcado por los trabajadores del metal de Cádiz, que con su lucha continuada y con la solidaridad del conjunto de nuestra clase han vuelto a mostrar una vez más cual es el camino a seguir. Debemos seguir el ejemplo de los miles de estudiantes que el pasado 18 de noviembre vaciaron las aulas y llenaron las calles para decir no a la mercantilización de la universidad con la LOSU y que han conseguido frenar de momento su aprobación. La realidad y la experiencia nos avala al afirmar que, el único camino posible y necesario para nuestra clase pasa por confiar en nuestras propias fuerzas.