Una vez más los políticos capitalistas nos llevan a unas nuevas elecciones en la CAM. Unas elecciones donde se nos vuelve a plantear la dicotomía entre la gestión socialdemócrata (PSOE- UP-Más Madrid) y la gestión liberal (PP-Vox-Cs) como únicas opciones posibles. Ambos modelos sirven para sostener el dominio y el poder de la burguesía a costa del sometimiento a la clase trabajadora y de ningún modo favorece los intereses de nuestra clase.
La juventud trabajadora madrileña conoce muy bien las dificultades que supone ser joven y ser trabajador en una comunidad dónde el acceso a la vivienda es un lujo al que muy pocos pueden acceder en condiciones dignas. De media los jóvenes tenemos que destinar el 94,4% de nuestro sueldo neto a pagar el alquiler, por consiguiente, no es de extrañar que solo el 20,6% de los jóvenes entre 16 y 29 años vivan emancipados.
Además, esta realidad está totalmente ligada a la situación laboral que padecemos la juventud. Los niveles de paro juvenil en España se han situado muy cerca del 44% y en el caso concreto de Madrid las cifras no son mucho más alentadoras, situándose en un 32,4% en los jóvenes menores de 25 años. Por otra parte, el proceso de modernización de la explotación laboralestá siendo muy llamativo en la juventud a través del trabajo a demanda que impide entreotras cosas la negociación colectiva, las altas tasas de temporalidad y los bajos salarios, que dejan un panorama desolador a la juventud de extracción obrera y popular.
Asimismo, los jóvenes estudiantes llevamos sufriendo años el desmantelamiento de la educación pública, siendo esta un nicho de mercado muy beneficioso para las grandes empresas, además de ser la generadora de la mano de obra barata de la patronal. Teniendo como resultado que la Universidad sea cada vez menos accesible para los jóvenes de extracción obrera, teniendo que pluriemplearse para poder acceder a estudios superiores. La pandemia ha agudizado las desigualdades, tanto es así que el modelo semipresencial ahonda en la ya tan famosa brecha digital, que no es más que la imposibilidad de la juventud obrera de seguir los estudios por falta de recursos materiales.
De igual forma hemos visto como la pandemia ha puesto en evidencia años de deterioro y privatización de nuestra sanidad pública. El Partido Popular lleva décadas externalizando los servicios públicos, poniéndolos al servicio de la patronal para que esta pueda seguir engordando sus beneficios. Durante la gestión de la Covid’19 en Madrid ha sido especialmente significativa como las medidas tomadas no seguían ningún criterio científico, muestra de ello fueron los confinamientos de clase, que únicamente seguían un criterio: salvar la economía a costa de la salud del pueblo trabajador. Frente a esto hemos visto a una oposición impotente, una oposición que no le convenía denunciar en la Comunidad de Madrid eso mismo que sus compañeros de partido ejecutaban en el Gobierno de España.
Otra de las consecuencias que está teniendo la falta de inversión en la sanidad pública y que afecta gravemente a la juventud obrera, es la incapacidad de atajar los problemas de salud mental que sufrimos. Estos problemas tienen unas determinaciones clasistas muy específicas y están estrechamente ligados a las condiciones de vida y trabajo a la que estamos condenados los jóvenes de extracción obrera en el capitalismo. Tan grave es el problema que el suicidio es la segunda causa de muerte en los jóvenes entre 15 y 29 años.
Ante este panorama de desesperanza para la clase trabajadora, la señora Ayuso se erige en portadora de la libertad. Pero su libertad no es la misma que nuestra, la suya es la libertad del jefe para explotarnos, la libertad de los empresarios para hacer negocio con nuestra salud y con nuestra educación, la libertad para confinar a los barrios obreros y hacinarnos en los centros de trabajo, en definitiva, es la libertad de los capitalistas para seguir viviendo del trabajo ajeno, de
la explotación a nuestra clase. Frente a ella y a su satélite aún más reaccionario, la señora Monasterio, que con su discurso del odio trata de dividir a la clase trabajadora, pretenden vendernos que la única solución pasa por depositar la confianza en las urnas en la socialdemocracia. Esa misma socialdemocracia que promueve pelotazos urbanísticos como el Madrid Nuevo Norte y que socializa las perdidas empresariales vía ERTES que en muchos casos ya se han convertido en ERES, esa misma que ha sido incapaz de derogar la reforma laboral, esa misma que retrasa la edad de jubilación y que al igual que Ayuso han puesto siempre y de forma más intensificada durante la pandemia de la COVID’19 los intereses económicos de un puñado de capitalistas por encima de la salud y de la vida de la clase trabajadora.
Es por todo ello que en estas elecciones los Colectivos de Jóvenes Comunistas volvemos a decir que ya basta de elegir entre las opciones que nos condenan a estas condiciones de vida, estudio y trabajo tan lamentables, que ya basta de elegir entre lo malo y lo peor. La juventud comunista hacemos un llamamiento a la juventud madrileña a romper con lo posible, a romper con los estrechos márgenes que impone el capitalismo y elijamos lo necesario, elijamos comunista. Es hora de tomar las riendas de nuestro futuro, que pasa por la organización y la lucha en cada centro de trabajo, en cada centro de estudios y en cada barrio. Es necesario fortalecer el Partido Comunista de los Trabajadores de España y por tanto el 4 de mayo el voto de la juventud obrera debe servir para llevar la voz de clase obrera a la Asamblea de Madrid, para que estemos en mejores condiciones de seguir luchando y de seguir organizando a nuestra clase, la clase obrera.