El pasado 6 de junio, desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Asturias, organizamos una actividad bajo el nombre de ‘’Senderismo cultural’’. Ésta consistió en una ruta guiada por el Monte Naranco, en Oviedo, en la que quisimos ofrecer a los jóvenes (y no tan jóvenes) asturianos una alternativa de ocio no promocionada y ofrecida desde el Ayuntamiento, en la que combinamos deporte, medio natural y una magistral clase de historia.
El objetivo de la misma, a la que llamamos ‘’Una mirada histórica a Oviedo durante la Guerra Civil española’’, era dar a conocer una versión alternativa a la que la historiografía del Régimen instauró en el imaginario colectivo y que perdura hasta el día de hoy, la cual incluso podemos apreciar en el propio escudo de la ciudad: ‘’Invicta y heroica ciudad de Oviedo’’. La realidad, como suele suceder, es bastante diferente, y nosotros hemos querido reivindicar a ese Oviedo obrero de octubre del 34, al Oviedo que votó por el Frente popular y que resistió heroicamente en la batalla de El Escamplero en contraposición a la imagen que existe de ‘’ciudad de derechas’’.
Partimos de la mano de nuestro compañero historiador (y guía) de la base del monumento del Sagrado corazón de Jesús, donde inmediatamente y a su mismo lado nos encontramos los vestigios de las trincheras que en aquella época fueron construidas. Allí comenzó la explicación histórica y situamos el contexto del momento en la que se inicia la contienda. Además, pudimos observar e incluso caminar por el interior de éstas.
En esta primera parada dos cuestiones fueron comúnmente comentadas entre los asistentes:
-La 1ª el mal estado de conservación de las mismas y la notoria dejadez de las instituciones en mantener con vida su historia, su estética original y lo poco que se explotan en este sentido como un lugar de cultura popular al que acudir a formarse e informarse.
-En 2º lugar fueron varios los asistentes que, siendo vecinos de toda la vida de la ciudad, desconocían que esto se encontrase en ese lugar. Esta situación viene a reforzar lo comentado en el anterior párrafo y que nos puede hacer entender el alcance de la falta de interés por contar nuestro pasado.
Continuamos la visita hasta los búnkeres situados en El Pevidal, donde seguimos explicando el desarrollo de los acontecimientos y pudimos conocer estas construcciones que se siguen conservando en buen estado (en parte gracias al trabajo de mantenimiento altruista realizado por un vecino de la zona). Seguidamente, retomamos la caminata bordeando toda la montaña y haciendo varias paradas para explicar diferentes acontecimientos y anécdotas en gran parte desconocidas por los asistentes.
Principalmente nos detuvimos en puntos en los que teníamos una maravillosa vista aérea de toda la ciudad de Oviedo (y las poblaciones y montes colindantes). Así, todos nos pudimos hacer una idea del tamaño de la ciudad en aquella época, de qué zonas fueron destruidas y en cuales se desarrollaron conflictos, por dónde llegaban las tropas sublevadas, de los puntos estratégicos para ambos bandos y un largo etcétera de datos relevantes.
Podemos concluir resumiendo esta actividad de apenas 3h como una jornada de disfrute del medio natural, en la que además hemos aprendido datos importantes que nos hacen conocer nuestro pasado y comprender nuestro presente, ofreciendo a los ciudadanos una alternativa de ocio saludable y accesible a la mayoría.
Seguiremos trabajando por una cultura para la clase trabajadora, alejada de esa imagen elitista que se le da al alejarla de las posibilidades económicas de la mayoría y reducida a un número limitado de personas.
