El pasado mes de marzo, el gobierno de coalición socialdemócrata de PSOE y Unidas Podemos, a través de una carta firmada por Pedro Sánchez, reforzaba de manera aún más clara la postura oficial sobre el Sáhara Occidental, posicionándose del lado marroquí e inclinándose hacia el paso del territorio saharaui a provincia autónoma de Marruecos. La traición del Gobierno culmina, desde que fuera descolonizado en 1975, el largo proceso de abandono del pueblo saharaui por parte de los sucesivos gobiernos y fuerzas políticas españolas, así como de la comunidad internacional en su conjunto.
En un momento de clara agudización de las tensiones interimperialistas —como la guerra en Ucrania—, el conflicto con el vecino territorio del Sáhara es en el que España se encuentra inmersa de manera más directa y clara, persiguiendo afianzar sus posiciones en el seno de la UE y la OTAN. Desde la descolonización, Marruecos y Mauritania, países limítrofes, han intentado beneficiarse de la situación para quedarse con el pedazo de pastel más grande, mientras que España ha actuado como un agente imperialista más. No solo por no asumir sus responsabilidades para con el pueblo saharaui, si no también por aprovechar el conflicto en pos de su propio beneficio y el de sus monopolios, manteniendo unas excelentes relaciones comerciales con Marruecos y participando incluso en el suministro de armas a su ejército.
En este contexto, el pueblo saharaui está siendo agredido sistemáticamente por Marruecos, como consecuencia de los intereses de este último en las zonas de pesca, minas de fosfatos, energías renovables y otros recursos, todo ello en el marco de una nueva crisis de producción capitalista.
La juventud saharaui es una de las partes más afectadas en el conflicto, ya que ve condenado su presente y su futuro. Sometidos en su propio país, o exiliados como refugiados en los campos de Argelia, son ahora ellos quienes toman la responsabilidad de la liberación de su pueblo. La represión en las zonas ocupadas lleva a que estos jóvenes sean encerrados y torturados en cárceles como la de El Aaiún. Hace ya más de 40 años que el Frente Polisario se erigió como fuerza de choque frente a las agresiones marroquíes y hoy, el Polisario y su juventud, la UJSario, combaten al ejército marroquí en busca de su liberación.
El XI Congreso de los CJC, reunido en Madrid entre los días 19 y 20 de noviembre de 2022, denuncia la actuación del gobierno socialdemócrata, que está condenando al pueblo saharaui con sus políticas antiobreras e imperialistas. Es nuestra responsabilidad como jóvenes comunistas conseguir que en cada vez más centros de trabajo y de estudios se conozca la situación del Sáhara Occidental, involucrando de manera activa a la juventud obrera de nuestro país en la denuncia y búsqueda de una salida al conflicto que beneficie al pueblo trabajador saharahui. Ninguna confianza en los capitalistas, ni en sus gestores socialdemócratas, tan sólo en nuestras propias fuerzas.
Hermanos saharauis, en palabras del Che Guevara, la solidaridad es la ternura de los pueblos. Vuestra lucha es nuestra lucha. Por un Sáhara libre de injerencias imperialistas.
¡Viva la lucha del pueblo saharaui!
¡Viva el internacionalismo proletario!
