Desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC) queremos denunciar y condenar los hechos ocurridos el 12 de febrero 2020, cuando un grupo de hombres armados asaltaron la sede nacional de la Juventud Rebelde de Colombia, amenazando a las personas allí presentes y robando numerosos documentos, ordenadores y móviles. Este asalto no sólo afecto a la Juventud Rebelde, sino también al sindicato Memoria Viva y a la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia, con quienes comparten espacio.
Alertamos de cómo este no es un hecho aislado, sino que durante los últimos meses el Estado y los paramilitares mantienen en el punto de mira a los movimientos sociales, yendo desde la persecución judicial hasta el asesinato de sus líderes o integrantes, incluyendo el asesinato el pasado diciembre del compañero de la Juventud Rebelde de Cauca, Cristian Andrés VitonasYatacué.
Los CJC mostramos toda nuestra solidaridad con todas las organizaciones y camaradas afectados. Exigimos al Gobierno de Iván Duque que garantice que los datos sustraídos no sean utilizados para poner en riesgo la libertad o la vida de los camaradas afectados, así como el cese de la persecución contra la Juventud Rebelde y el resto del movimiento popular de Colombia.