Este pasado fin de semana los CJC y la UJCE hemos celebrado un I Encuentro de Cuadros estudiantiles. En él hemos compartido experiencias, análisis y posicionamientos sobre el estado actual del movimiento estudiantil, las lecciones del pasado ciclo de movilización y sus desafíos futuros en un entorno de debate abierto y honesto entre ambas organizaciones.
Ante la cada vez más amplia deslegitimación del gobierno de la nueva y vieja socialdemocracia, en especial entre la juventud obrera y popular, ambas Juventudes Comunistas hemos querido, con este encuentro, crear un espacio de debate estratégico a través del que avanzar en el esclarecimiento y articulación colectiva de la alternativa revolucionaria. Este encuentro marca un primer espacio para dilucidar las tareas inmediatas que poseemos para avanzar hacia el horizonte revolucionario de la emancipación de nuestra clase.
Desde los CJC concluimos que la hegemonía socialdemócrata e impotencia política del movimiento estudiantil durante el ciclo de masivas protestas que siguieron a la crisis de 2007-2008 posee dos vertientes. La primera y fundamental, la debilidad político-organizativa y hegemonía oportunista en el movimiento obrero, base material, condición de posibilidad y centro hegemónico del proyecto revolucionario. La segunda, la debilidad y dispersión político-organizativa del movimiento estudiantil, que dificultaba la acción unificada y adquisición de experiencia colectiva, facilitando la orientación reformista y burocrática del movimiento incluso en aquellos casos en los que el estudiantado o sus expresiones organizadas no se encontraban bajo dirección socialdemócrata.
Es por ello que apostamos por dotar al movimiento estudiantil de una propuesta político-organizativa de masas que estructure, dirija y discipline toda expresión de lucha del estudiantado bajo un único programa de orientación proletaria; programa que establece una conexión directa entre su experiencia inmediata y la división clasista de la sociedad capitalista. Esto supone establecer la mediación organizativa necesaria para la intervención y dirección política comunista del movimiento estudiantil, posibilitando la elevación de la lucha económico-espontánea y asegurando que esta redunda en la educación política de masas. Supone establecer el marco que, a través de la mediación comunista y la articulación del estudiantado como protagonista y dirigente de su propio movimiento, posibilita la unión consciente y voluntaria de este con el proyecto político del proletariado revolucionario.