Pedro Fernández Checa más conocido como Pedro Checa nace el 9 de marzo de 1910 en Albalat de la Ribera en la provincia de Valencia.
Sus primeros pasos militantes los da a inicios de los años 30. Militante de las Juventudes Socialistas, se vincula al grupo que editaba la revista Rebelión del que también formaban parte futuros cuadros comunistas como Manuel Navarro Ballesteros o Encarnación Fuyola. Este grupo había nacido fruto de las discrepancias en el seno de las juventudes socialistas. A inicios de 1931 es detenido pasando varios meses encarcelado.
Para la primavera de 1931, al igual que gran parte de sus compañeros, se había integrado en las filas de la Juventud Comunista. A pesar de su corta edad pasa a formar parte al poco tiempo de las filas del Partido.
En base a las fuentes consultadas por el momento no es posible precisar el momento exacto en que pasa a formar parte del Comité Central, ya que las referencias a su elección en el IV congreso (marzo de 1932) son posteriores (véase la historia del PCE escrita en 1960) y contradictorias con las fuentes de la época. Las referencias más cercanas cronológicamente son las que se hacen en alguno de los artículos dedicados a su muerte en los que se habla de su llegada al Central tras la elección de José Díaz como Secretario General (es decir, en septiembre de 1932). En esas fechas forma parte del Secretariado del Partido (aunque se concreta que es «por Madrid», es decir, en calidad de secretario político del Partido en dicha región). Además, no aparece (o lo hace bajo seudónimo) en una lista del CC del año 1933 elaborada por el entonces secretario de organización Manuel Hurtado, la cual se encuentra en los archivos de la Comintern. Tampoco podemos asegurar al cien por cien si antes de ser miembro pleno del CC era miembro suplente o si fue cooptado.
Sea como fuere, durante esos años destaca en el combate contra el oportunismo tanto contra el grupo de Bullejos como contra el trotskismo que operaba en algunas organizaciones del Partido en Madrid. Durante esos años también desarrolla su labor política en Sevilla, a donde es enviado por parte de Pepe Díaz para reforzar la organización regional del Partido en la que varios de sus principales cuadros habían asumido tareas a nivel central.
En una resolución del 2 de febrero de 1936 del Secretariado de la Internacional Comunista sobre la cuestión española se insta al PCE a designar un secretario de organización. No obstante, parece que a nivel práctico ya había asumido esas tareas los meses anteriores.
Como secretario de organización el camarada Pedro Checa será una figura central en el desarrollo del gran partido que fue el PCE durante la Guerra Nacional-Revolucionaria. Desempeña inicialmente sus tareas en Madrid, donde está presente en los días claves de la defensa de la ciudad en noviembre de 1936.
A posteriori se trasladará a Valencia. Allí, en uno de los plenos del Comité Central, el del 5 al 8 de marzo de 1937, José Díaz se refiere a él como “el hombre de nuestro Partido”, condensando en una breve expresión lo que representaba este camarada. La intervención de Checa en aquel pleno se editará y distribuirá por decenas de miles de ejemplares bajo el título de «A un gran Partido, una gran organización». En ella y en muchas otras ocasiones insistirá en la importancia de elementos claves del que hacer comunista así como los métodos de trabajo colectivo o la autocrítica.
En marzo de 1939, en el contexto del criminal golpe de Casado, queda en la zona levantina para, junto con Claudín y Togliatti, organizar el trabajo ilegal del Partido. El 24 de marzo de 1939 inicia su exilio, inicialmente a Orán, de ahí a Francia. Durante los meses siguientes llega a Moscú, allí participa de las distintas reuniones con la dirección de la Comintern para evaluar las causas de la derrota de la República.
Posteriormente parte a México, donde junto con otros cuadros como Vicente Uribe y Antonio Mije contribuye a organizar la estructura del PCE en América. Además de ello, aun estando a miles de kilómetros de España, en todos sus años de exilio su labor política y organizativa está orientada a la lucha contra el franquismo.
A pesar de su delicado estado de salud, especialmente en sus dos últimos años de vida, sigue intentando contribuir a la labor partidaria. Finalmente fallece, por las complicaciones de una apendicitis, un 6 de agosto de 1942 en la Ciudad de México.