Durante la semana pasada ha sido notable la cantidad de noticias relativas a la juventud que hemos podido leer en los principales medios de comunicación de Asturias, especialmente en uno de ellos. Esto podría resultar positivo, ya que sería muy importante e interesante que nuestra voz por fin se tuviese en cuenta para conocer nuestras reclamaciones y/o preocupaciones. Pero no. Para nuestra ‘’sorpresa’’, la inmensa mayoría de estas noticias tenían un claro objetivo: ponernos de nuevo en el ojo del huracán.
No solo han sido los periódicos, sino también el presidente del Principado, Adrián Barbón, lanzando un mensaje de ‘’confianza’’ hacia la juventud, con un marcado fondo acusatorio, que más bien venía a decir: sabemos cómo sois y os vamos a tener controlados.
De nuevo se carga sobre los hombros de una juventud agotada y desesperanzada la responsabilidad de lo que pueda pasar. El terreno está siendo preparado poco a poco (algo muy habitual en cada nueva ley que va a atentar contra nuestros derechos), moldeando la opinión pública paulatinamente para que, en el momento en el que haya un repunte de casos, ya se tenga un chivo expiatorio al que culpar, eximiendo de responsabilidades a los administradores de la desastrosa gestión que se ha realizado tanto a nivel regional como estatal.
¿Crisis económica del 2008? ‘’Es que eran todos unos ninis mantenidos por unos padres que vivían por encima de sus posibilidades’’.
¿Otra crisis económica? Culpa exclusiva del Coronavirus.
¿Los nuevos repuntes de casos, al igual que todos los anteriores? ‘’La juventud que no tiene dos dedos de frente y se salta las medidas sanitaras para ir de fiesta’’.
Y ahora los botellones. Un bombardeo informativo de macrobotellones que, por supuesto, tendrán la culpa de los miles de muertos que arrastramos desde hace ya más de un año. Los botellones están ahí, han ocurrido y seguirán sucediendo mientras la principal y más barata alternativa de ocio de la juventud sea recurrir al consumo de drogas, y así de paso olvidar sus problemas personales, la desastrosa situación familiar que viven en sus hogares, o el no saber si podrán irse de casa hasta los 40 años. ¿Estamos justificando a los descerebrados que lo han hecho? No, esos cientos o miles no representan a la juventud en su totalidad. Muchos, la mayoría, somos los que seguimos cumpliendo con las normas para protegernos y proteger a nuestros amigos y familiares, mientras otros, los mismos que clamaron contra el 8M y se congregaban en Núñez de Balboa, festejan de forma masiva sus victorias electorales.
Pero ¿realmente a alguien le extraña que esto suceda? A nosotros no. Cuando llevamos décadas educando a las nuevas generaciones en el individualismo y la competitividad, en la ‘’libertad’’ individual por encima del bien común, y en el placer cortoplacista, no puedes esperar un milagro. Bastante bien nos hemos comportado, y suerte tienen ustedes de que cosas peores no estén pasando ante el futuro negro que nos están legando.
Luego, la sorpresa salta cuando aparecen datos oficiales que nos cuentan que ha aumentado un 45% la llegada de jóvenes con problemas de salud mental a urgencias. Ansiedad, depresión, anorexia, bulimia, autolesiones, intentos de suicidio… ¿Primero nos atacan sin pudor y luego se preguntan que por qué estamos así? Pues miren, algunos datos que les pueden explicar la causa:
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1 de cada 3 jóvenes no tiene ingresos.
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Los ERTE menos cuantiosos son los nuestros, ya que ocupamos los más precarios puestos laborales, sobre todo en sectores como hostelería y turismo, donde las malas condiciones son bien conocidas por todos.
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Hemos crecido entre dos crisis que el sistema que ustedes defienden y protegen ha causado: hemos visto a nuestras familias sufrir por problemas económicos que acarrearon problemas de salud y hasta suicidios; hemos perdido amigos que se han visto obligados a emigrar; hemos visto como empeoraba la calidad de nuestros estudios y crecían los pagos que teníamos que hacer.
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Los jóvenes asturianos debemos destinar el 60% de nuestros ingresos a pagar el alquiler (el que tiene la suerte de poder emanciparse y tener ingresos).
El cansancio general derivado de la pandemia simplemente viene a sumarse a los problemas laborales, económicos, educativos y sociales que ya arrastrábamos de antes, y que ahora se están viendo agravados. Las actitudes individualistas que podemos observar son una respuesta aprendida ante un sistema cuya solución a los conflictos reside en la evasión egoísta de los mismos. Nosotros, en cambio, optamos por la salida de estos a partir del trabajo colectivo, con el objetivo de forjar una nueva juventud.
Y no, señor Presidente, no están sabiendo dar respuesta: ni ustedes, ni los otros, ni ninguno que nosotros recordemos. ‘’Mejorar’’ la formación de acuerdo al mercado laboral como usted propone no va a ser la solución. Privatizar disimuladamente la educación y dejar a empresas privadas con intereses meramente económicos decidir lo que debemos o tenemos que aprender no va a hacer que nos queramos quedar, o que podamos hacer nuestra vida aquí.
Queremos vivir en Asturias, pero en una Asturias para la clase obrera, en una Asturias organizada y gestionada por sus trabajadores.
ANTE SUS ATAQUES, NUESTRA ORGANIZACIÓN. ¡ÚNETE A LA JUVENTUD COMUNISTA Y COMIENZA A CONSTRUIR NUESTRO FUTURO!
Asturias, a 10 de mayo de 2021 Comité de Asturias de los Colectivos de Jóvenes Comunistas